Las normas de 2017

Como ya es habitual desde hace tres años, el número de marzo de esta revista presenta el Plan Anual de Normalización. Se trata de un documento que recoge las normas técnicas que se publicarán a lo largo de 2017 y que, por lo tanto, sirve para identificar cuáles son los intereses de las organizaciones con vocación de mejorar su competitividad.

Las normas hace ya tiempo que dejaron de ser documentos exclusivos del ámbito fabril para convertirse en herramientas de inteligencia competitiva, fundamentales para el acceso de productos y servicios a un mercado cada vez más global. Son documentos que se desarrollan bajo los principios de consenso, apertura y transparencia. La publicación del plan anual responde precisamente a la voluntad de poner a disposición de todas las partes interesadas la información sobre los trabajos normativos.

El Big Data está cada vez más presente en la estrategia de las organizaciones, porque aquellas que toman decisiones basadas en datos aumentan su productividad. En España se ha constituido un subcomité que participará en la elaboración de normas internacionales que doten de una nomenclatura de referencia y herramientas en el tratamiento de los grandes volúmenes de datos.

El sector de la construcción, en concreto el de materiales de construcción, es veterano normalizador. Sin embargo, la reciente publicación de la UNE 138002, abre una nueva vía de actuación ya que es la primera norma técnica que indica al sector de los revestimientos con baldosas cerámicas cómo debe realizarse la instalación de estas piezas para garantizar su calidad, durabilidad y prestaciones técnicas y estéticas. Por ello, este documento aspira a ser la referencia en su ámbito en los proyectos de edificación.

Hacer más sostenible el Sistema Nacional de Salud a través de la innovación es el objetivo de la Plataforma ITEMAS, en la que participan más de mil profesionales, 67 hospitales y centros sanitarios. Esta plataforma ha confiado en la implantación y posterior certificación de la Norma UNE 166002 como herramienta para sistematizar la actividad innovadora. Por el momento, cinco unidades de apoyo a la innovación cuentan con el certificado de AENOR de sistemas de gestión de la I+D+i y todos coinciden en que gracias a éste se ha aumentado el número de proyectos y su tasa de éxito.