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Quién no ha sentido la tentación de comprar un bolso o un reloj de diseñador falsos? Cuestan una fracción del precio de productos de diseño autén-tico, que van desde los cientos hasta las decenas de miles según el diseñador, el estilo y los materiales utilizados. Pero existen muchas razones para no comprar imitacio-nes; en primer lugar, porque las falsificaciones perjudican a las personas y dañan la economía. A pesar de estar contra la ley, la falsificación es un gran negocio. Existen productos falsificados en práctica-mente todas las áreas: comidas, bebidas, ropa, calzado, productos farmacéuticos, electrónica, componentes de vehículos, juguetes, monedas, billetes para los sistemas de transporte y entradas para conciertos, alcohol, ciga-rrillos, artículos de higiene, materiales de construcción y muchas más. Los falsificadores a menudo se aprovechan de los deseos de los consumidores por conseguir precios bajos, pero éstos tienen que reconocer que hay una di-ferencia real entre un precio barato y una ganga. Y los precios bajos ofrecidos por los falsificadores a menudo conllevan un coste muy alto para los demás. Mientras que los falsificadores continúan cosechando beneficios significativos, millones de consumidores corren riesgos por productos inseguros e ineficaces. Hyeonho Park, Director del Instituto de Ciencias de la Delincuencia en la Universidad de Yongin, Corea del Sur, dice que los riesgos para la salud asociados con la falsificación son diversos. Los ejemplos incluyen cantidades letales de melanina en los preparados para lactantes, colorantes alimenticios rojos cancerígenos en Sudán, medicamentos con poco o ningún ingrediente activo, piezas de recambio de aviones que fallan y cables eléctricos deficientes que se incendian. Una de las formas más perjudiciales de los productos falsificados son los medicamentos fraudulentos. En los últimos años ha habido un marcado incremento en la fa-bricación, el comercio y el consumo de estos productos, a menudo con resultados perjudiciales y, a veces, mortales. El jugoso negocio de las falsificaciones En 2012, la aduana de los EE.UU y la Fuerza de Protección Fronteriza e Inmigración y Aduanas incautaron 22.848 envíos de bienes falsificados valorados en 1,26 billones de USD. Por desgracia, también sabemos que éstos represen-tan sólo un pequeño porcentaje del total del mercado de productos falsificados. En el ámbito mundial, el tráfico de mercancías falsificadas es mucho más grande y creciente. El tamaño de la industria de la falsificación es asom-broso. Un informe de la Organización para la Cooperación ¿ y el Desarrollo Económico (OECD) indica que el valor de las mercancías falsificadas que cruzaron las fronteras inter-nacionales superó los 250 mil millones de USD en 2007. Se trata de una cifra mayor que la de otros azotes de la economía marginal, como el contrabando de armas y la trata de personas. Incluso compite con el comercio inter-nacional de drogas ilegales. Brian Monks, Vicepresidente de Operaciones de Lucha contra la Falsificación en Underwriters Laboratories Inc., ve un problema aún mayor: la falsificación se ha conver-tido en una de las principales actividades del crimen or-ganizado. “Hoy en día estamos viviendo condiciones de tormenta perfecta globales para la oferta y la demanda de productos falsificados o pirateados. El robo de la propie-dad intelectual es un delito internacional grave que ha alcanzado proporciones epidémicas y sigue creciendo sucesivamente cada año”. 36 focus AENOR


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