AENOR 27 EXPERIENCIAS Reducir 57 millones de toneladas de CO2 Sergio Guzmán Gerente Guatercarbon (Guatemala) El proyecto Guatecarbon se encuentra en la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), en el departamento guatemal-teco de Petén, junto a las fronteras con México y Belice, y ocupa una superficie de 717.000 hectáreas de bos-que latifoliado tropical de las cuales alrededor de 439 mil hectáreas es bosque certificado con manejo forestal sostenible. El principal objetivo del proyecto es mejorar la calidad de vida de las comunidades y fortalecer el mo-delo concesionario desarrollado como estrategia de con-servación para evitar la deforestación en un período de al menos 28 años. La tenencia de la tierra en la RBM pertenece al Estado de Guatemala, representado por el Consejo Nacional de Aéreas Protegidas (CONAP). El área del proyecto Gua-tecarbon fue otorgada por el CONAP bajo la figura legal de Concesión a grupos comunitarios por un plazo de 25 años. El proyecto se realiza bajo una alianza público co-munitaria (CONAP-concesionarios) para reducir la defo-restación. Este proyecto propone generar, cuantificar y comercializar las emisiones evitadas de CO2 a través de la implementación de actividades que permitan reducir la deforestación. De hecho, se calcula que el proyecto tiene un potencial de reducción de emisiones de 57 mi-llones de toneladas de CO2. Esta reducción de emisiones se conseguirá como consecuencia de la implementación de actividades enfocadas en dos componentes: comu-nidad y territorio. El primero se refiere a los aspectos sociales, productivos y de protección para beneficios de las comunidades locales. El segundo promueve la gober-nanza a través de fortalecer la presencia gubernamen-tal y la aplicación de la ley. El proyecto contempla no so-lo monitorear aspectos biológicos y de cambio climático, sino también realizar monitoreo social para evaluar los efectos de la implementación del proyecto y promover el manejo adaptativo. Los créditos de carbono generados por la implemen-tación del Proyecto REDD+ se planea comercializarlos en mercados voluntarios o con organismos bilaterales y multilaterales. Los recursos generados serán destinados a financiar un programa de reinversión para fortalecer institucionalmente al CONAP y al proceso concesiona-rio para mitigar el cambio climático, cumpliendo con las actividades de reducción de la deforestación de acuerdo con los dos componentes del proyecto. de desarrollo bajo en carbono. Su ope-ración y funcionamiento permite fu-sionar el rigor técnico y metodológi-co de esquemas como el Mecanismo de Desarrollo Limpio o la Aplicación Conjunta, con modelos de implanta-ción más flexibles y una atención más precisa y focalizada en los elementos asociados a la participación de agen-tes locales y la garantía de que el pro-yecto contribuye de manera decidida al desarrollo sostenible del país en el que se implementa. Estas característi-cas, así como el apoyo de un nutrido grupo de prestigiosas ONG y organis-mos internacionales, convierten a Gold Standard en un excelente mecanismo de incrementar el valor añadido de los créditos de reducción de emisiones. Son múltiples los ejemplos de pro-yectos registrados en este esquema, pero hay dos tipologías cuyo desarro-llo ejemplifica de manera clara los ob-jetivos del esquema Gold Standard. Es-tos proyectos son los vinculados al de-sarrollo y expansión del uso de cocinas eficientes y los proyectos orientados a la ges-tión de residuos, y más concretamente a los logados a la generación de biogás a través del tra-tamiento anaerobio de residuos orgá-nicos (domiciliarios y animales). Am-bos tipos de proyectos representan un notable esfuerzo en materia de reduc-ción de la desforestación, al reducir de manera muy acusada las necesidades de combustibles, generalmente leña en entornos ya muy degradados. De manera adicional estos proyectos, in-viables sin el apoyo financiero brinda-do por los esquemas de comercio de emisiones, constituyen una acción de-cisiva en la mejora de la calidad de vi-da de las poblaciones locales, y más concretamente en las condiciones de vida de las mujeres y los niños. La Organización Mundial de la Sa-lud (OMS) estima que 1,5 millones de personas mueren prematuramen-te cada año debido a la exposición al humo y otros contaminantes proce-dentes del uso doméstico de combus-tibles sólidos, mientras que millones más sufren enfermedades respirato-rias. El efecto es mayor en las muje-res y los niños, ya que tienden a pa-sar más tiempo cerca de las cocinas. En un informe de la OMS de 2002 aparece el humo de combustibles só-lidos entre los 10 principales riesgos para la salud humana. Día tras día, y durante horas, las mujeres y sus ni-ños pequeños respiran una cantidad de humo equivalente a consumir dos paquetes de cigarrillos por día, infor-mó la OMS en el informe de 2006. ◗
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