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AENOR 14 sensible sobre sus usuarios. Toda es-ta información puede tener un gran valor. Las diferentes vías por las que se interconectan nuestros ordenado-res y dispositivos móviles hacen elevar el riesgo de exposición a la industria del malware, interesada en toda esa ingente cantidad de información que se maneja en los equipos y que viaja por Internet y las redes sociales. Todo ello hace pensar en un incremento de malware para dispositivos móviles, así como un mayor nivel de sofisticación. • Aumento de las actividades de ciberespionaje y cibergue-rra. Hace años que el ciberespiona-je y la ciberguerra son una realidad. Su incremento es imparable porque, como ya se apunto anteriormente, re-sulta más barato el ciberespionaje que el espionaje tradicional. Además, los países espían y se saben espiados por medios informáticos, pero dichas acti-vidades son mucho más discretas que el espionaje tradicional y también de difícil atribución. Con la ciberguerra ocurre lo mismo: resulta más discreta y rentable en términos económicos y menos peligrosa para el atacante, en general, que las distintas modalidades de guerra tradicional. • Incremento del cibersabota-je. Los riesgos que ha introducido la conexión de los sistemas de control industrial a Internet han quedado am-pliamente demostrados. Esta interco-nexión tiene grandes beneficios (faci-lidad de mantenimiento, control y su-pervisión remotos o disminución de costes, entre otros) pero a la vez in-troduce problemas de cibersabotaje y ciberterrorismo contra infraestruc-turas críticas, o de ciberespionaje de sectores estratégicos, como indicába-mos antes. La vulnerabilidad de estos sistemas de control industrial conecta-bles a Internet deriva de que muchos CIBERSEGURIDAD Panorama de futuro ¿Qué nos depara el futuro en mate-ria de ciberseguridad? Consideran-do las características y complejidad del asunto y la velocidad de vértigo a la que se suceden los cambios, algu-nos expertos opinan que lo que nos depara el futuro en materia de ciber-seguridad se puede resumir en dos palabras: muchas sorpresas. Pero ba-sándonos en la observación de la rea-lidad, y sin ánimo de ser exhaustivos, se puede apuntar como muy proba-bles los siguientes escenarios futuros en esta materia: • Mayor número de ciberde-litos. Aparecerán delitos totalmente nuevos, pero también nuevas versio-nes de los delitos de siempre come-tidos con nuevos métodos. Es espe-rable, por tanto, el desarrollo de nor-mativa y legislación relacionada que intente establecer la división entre lo permitido y lo no permitido (lo cual no siempre está claro y dista mucho de ser trivial) y fije algunas bases im-portantes. Aunque siendo realistas, no es muy probable que dicho mar-co vaya a disuadir a los malos de co-meter sus fechorías. Y es que se dan una serie de factores (la facilidad de delinquir desde la distancia y el anoni-mato, la ausencia de sensación de pe-ligro o la dificultad de la atribución de los delitos) que hace previsible un in-cremento de los ciberdelitos. Algunos expertos aseguran que resulta mucho más barato robar un proyecto indus-trial o empresarial que emprenderlo desde cero. Y es mucho más cómo-do intentarlo por medio de ataques informáticos que por medios físicos, por su menor nivel de riesgo. • Incremento del malware. El número de dispositivos móviles cre-ce a diario y las apps, tanto gratuitas como de pago, ofrecidas en las tien-das virtuales se cuentan por millares. Muchas de estas aplicaciones cuentan con nuevas funcionalidades y sofistica-das utilidades. Pero, al mismo tiempo, estas aplicaciones cada vez acceden, manejan y controlan más información


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