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AENOR 22 ENTREVISTA Olivier Peyrat les asegura que no juegan en desventaja; es bueno para las empresas internacionales porque saben que tendrán acceso a merca-dos mayores; es bueno para los consumi-dores porque saben que no tendrán artícu-los de segunda categoría; es bueno para las pymes porque con normas internacionales será más fácil para ellas acceder a mercados que sin esos documentos sería imposible lle-gar. Las grandes compañías pueden gestio-nar las peculiaridades de distintos mercados, pero esto es inconcebible para las pymes. En definitiva, cuanto mayor sea el alcance de la normalización más seguro será el mundo y más sólidas las economías. En términos de PIB, ¿qué porcentaje repre-senta la normalización en Francia? Según un estudio elaborado hace unos años, el 25% del crecimiento del PIB de Francia estaba vinculado a las normas. Una conclu-sión muy similar a la de otros estudios de-sarrollados en Alemania o Reino Unido. Y eso a pesar de que el uso de las normas no es obligatorio. La normalización es como una autopista, cuando conduces en ella no puede pasar nada malo, salvo que conduzcas mal; pero como hay muchas personas que trabajan en su mantenimiento, es segura. Además, nun-ca te pierdes, te puedes perder en la jungla muy fácilmente, pero no en una autopista. Ahora más que nunca, es muy importante que todos los países, y sus respectivas eco-nomías, avancen en la misma dirección. Por-que los estados forman parte de un mun-do en constante cambio y sólo a través de la normalización, que es como un juego en el que todos ganan, se puede avanzar. Ya no se puede hablar de economías aisladas porque todo está integrado. Y si hay una parte de esa economía globalizada que no está trabajando bien, todo el mundo sufre las consecuencias. “Cuanto más horizontales son los campos en sanidad, envejecimiento de la población, energía, transporte y demás, más necesarias son las normas” “Si hubiera una única agencia de normalización europea, en vez de organismos nacionales, perderíamos la diversidad actual que es muy útil para afrontar asuntos internacionales” ¿Cómo valora la contribución de la nor-malización al desarrollo de la economía francesa? Independientemente de las cifras macro-económicas que hemos comentado antes, la normalización puede contribuir en mu-chos campos. Por ejemplo, el año pasado se ha lanzado lo que llamamos silver economy initiative. Hubo un movimiento político, de ámbito estatal, en relación a las consecuen-cias del incremento de la esperanza de vida. ¿Cómo vamos a hacer frente a esa situa-ción desde un punto de vista social y eco-nómico?, ¿qué nuevas oportunidades pue-den surgir? Todo el mundo tiene algo que decir y puede ayudar, puesto que significa un cambio en las necesidades y los merca-dos: los gobiernos tendrán que tomar deci-siones en lo que a seguridad social se refiere; las personas de 70 años en adelante nece-sitarán atención médica distinta a la de los más jóvenes. Además, las personas mayores tendrán más riqueza que los de 50 ó 60 años, tendrán necesidades y gustos distintos y esto tendrá un claro impacto en el sector servicios. La normalización puede ayudar. Por ejemplo, las personas mayores tienen la audición dete-riorada y las normas pueden hacer los luga-res (vivienda, ciudad, transporte) mucho más amigables para ellos. Las viviendas necesitarán ser modificadas y adaptadas. También servicios a distancia tendrán que ser desarrollados, porque a tra-vés de Internet se puede acceder a muchos servicios. Esto quiere decir que cambios en sistemas interoperativos pueden ofrecer un valor añadido a los más mayores. Y cuando hablamos de interoperabilidad y compatibili-dad estamos hablando de normas. A través de la normalización estamos acompañando a muchas iniciativas, que a primera vista pueden estar muy lejos de la normalización. Pero suce-de que en cuanto una materia se complica y adquiere carácter horizontal, necesita normas. Tenemos el ejemplo de las ciudades inteli-gentes. Este caso implica edificios, transpor-te e incluso sistemas de información inteli-gentes y todas estas piezas amalgamadas en normas. Así que cuanto más horizonta-les son las materias (como sanidad, envejeci-miento de la población, energía, transporte, etc.) más se necesitan las normas. El desarrollo de normas no genera los re-cursos suficientes para autofinanciarse,


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