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AENOR 49 y discuta las prácticas actuales y los resultados de las iniciativas en curso como CLEC, el documento ISO/IWA se centrará en un aspecto concreto: la necesidad de trabajar en métodos armonizados para la cuantificación coherente de las emisiones de CO2 en el transporte de mercancías. Ésta no es una tarea trivial, ya que requiere juntar todas las expe-riencias y metodologías existentes, pero se espera que conduzca a un plan de acción, asignando roles, responsabilidades y plazos entre un grupo de partes interesadas con miras a elaborar una norma armoni-zada y sobre la que las organizaciones puedan trabajar para el futuro. Como explica Punte, CLEC proporciona dos cosas: un marco para una metodología universal y transparente, en la que todo el mundo puede participar, y un amplio boceto para desarrollar e implementar el marco de esta metodología. El documento IWA se basará en éste y otros trabajos para generar mayor apoyo de las partes interesadas, sin duplicar o sustituir los esfuerzos existentes. Una talla única (o casi) Entonces ¿por dónde empezamos? Punte tiene la respuesta: “puesto que el transporte de mercancías es un sector comercial, es impor-tante dejar que el sector tome la iniciativa y desarrolle un marco de trabajo que funcione para ellos.” Las futuras normas deben basarse en la visión desarrollada y ratificada por la industria y otras partes interesadas en el último taller del proyecto europeo COFRET para la huella de mercancías, que tuvo lugar en octubre de 2013. El Marco Mundial para Metodologías de Emisiones de Carga CLEC está siendo diseñado por el sector para proporcionar un marco creíble para las empresas de transporte de mercancías y logística. Fundamentalmente, tendrá una aplicación global, abarca todos los modos y elementos de la cadena de suministro, de manera que las emisiones de terminales y en almacenamiento puedan ser inclui-das en una base comparable. El ISO/IWA puede ayudar mediante la incorporación de las opiniones de legisladores, organizaciones no gubernamentales, responsables políticos y el mundo académico, asegurando así que el marco de trabajo sea aceptable para todas las partes interesadas. Suena bien en teoría, pero siendo las mercancías transportadas por carretera, vía aérea, ferroviaria y acuática, son necesarias a menudo diferentes metodologías para medir la Huella de Carbono de los dis-tintos modos de transporte. Por lo menos, un marco internacional se asegurará de que las regulaciones que ya rigen el transporte mundial (como el transporte aéreo y marítimo) se incluyan dentro de las me-todologías de cálculo. Un estándar general, aunque no es perfecto, ayudará a conseguir estar un poco más cerca de nuestros objetivos. Con respecto a estas metas, Lewis y Punte coinciden. En última instancia, proporcionar cálculos de referencia fiables con suficiente cobertura geográfica debe ayudar a las empresas a mover los bienes de la forma más eficiente y limpia posible; a seleccionar modos y transportistas con un menor consumo de combustible; a presentar informes de emisiones, y a identificar las tecnologías y estrategias más viables para la reducción de emisiones. Y mientras esperamos a que eso suceda vamos todos a pensárnoslo dos veces antes de tomarnos una jugosa piña tropical. l Se necesitan acciones urgentes para desarrollar una metodología que cuantifique y permita reportar las emisiones de las cargas


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