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AENOR 53 ISF: Cuando las empresas invierten en ACV, ¿cómo les aseguran que esta inversión es realmente rentable? DF/JB: La cuantificación es clave si nos preocupa la sos-tenibilidad de las empresas y los productos, pero no es suficiente sólo con eso. Nuestra experiencia y la investi-gación ponen de manifiesto que ni los sistemas de ges-tión ambiental ni el ACV garantizarán mejoras ambien-tales. Esto se explica, en parte, debido a las dificultades a las que se enfrentan las empresas y que van más allá de los problemas técnicos. Estas barreras se relacionan con la estrategia comercial, estructura organizacional, procesos para la toma de decisiones, gestión de la in-formación, cultura corporativa y gestión del rendimiento de los empleados. Hoy en día, nos encontramos en una encrucijada. Después de las soluciones “al final de la cadena” en la década de 1970 y los Sistemas de Gestión Ambiental de los 90, hemos pasado a los sistemas de información de los resultados ambientales. Ahora tene-mos que ser capaces de ver la realidad de otra manera para pasar de construir una nueva visión con el fin de pasar del análisis a la acción. ISF: ¿Qué proyectos tienen es perspectiva? DF/JB: Organizar los tiempos es crucial, o eso se afirma siempre. Por ello, hemos puesto en marcha reciente-mente una nueva dirección para dar respuesta a las ne-cesidades económicas de las empresas y permitir utilizar las informaciones ambientales con el objetivo de generar aún más valor añadido. Ahora estamos inmersos en una nueva vía que pre-tende, por una parte, integrar la gestión ambiental y la información dentro de las actividades centrales del ne-gocio (se trata de un enfoque liberalizado). Y, por otro lado, busca poner el foco en las partes interesadas y no en los problemas. Creemos este enfoque, ya que permi-te proporcionar la información correcta a las personas adecuadas en el formato adecuado para tomar las de-cisiones más acertadas. Este enfoque parece promete-dor, tal y como lo demuestra nuestro primer proyecto y las evaluaciones de los clientes. Para lograr esta visión, hemos fundado recientemente una empresa de consul-toría e investigación organizacional llamada Shaping Environmental Action. Su actividad se basa en la apli-cación de estos principios en las empresas, así como en el desarrollo de nuevas herramientas y métodos para la gestión ambiental afianzados en un enfoque orientado a las partes interesadas. El siguiente paso lógico para seguir avanzando pasa por la normalización, pero aún es demasiado pronto para eso. l La normalización es un proceso de equilibrio entre la ciencia, la aplicabilidad, los costes y la comunicación de aspectos ambientales


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