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AENOR 17 Daniel Spinelli Convenor ISO/TC 228 WG 7 OPINIÓN Nuevas aventuras La práctica de senderismo, montañismo o rafting puede suponer una experiencia muy excitante pero también conlleva un cierto riesgo. Sea como fuere, son muchas las personas que disfrutan con el llamado turismo de aventura porque esta tipología de turismo ha crecido de forma notable. El valor global de esta actividad creció entre 2010 y 2013, según Adventure Travel Tra-de Association, un 195% y actualmente representa uno de cada cuatro viajes. Por ello, esta organización estima que en 2050 en el 50% de todos los viajes habrá algún tipo de actividad de turismo de aventura. Este rápido crecimiento motivó que ex-pertos de distintos países nos pusiéramos de acuerdo para desarrollar tres normas que pretenden sumar seguridad a la prác-tica de esta actividad. La ISO 21101 recoge requisitos del sistema de gestión de segu-ridad para los proveedores de turismo de aventura, animándoles a revisar las acti-vidades que ofrecen, entender los reque-rimientos de los participantes, definir los procesos de seguridad y mantener éstos bajo control. La ISO 21103 especifica el ti-po de información que se debe entregar a los participantes y otras partes interesa-das del sector. Además, también se desa-rrolló un informe técnico sobre la compe-tencia de los líderes. En conjunto estas normas aportan más competitividad y confianza al turismo de aventura en todo el mundo, especialmen-te en aquellos destinos que tienen que tomar importantes medidas para mejorar sus servicios. Y, quién sabe, quizás estos documentos sirvan también para animar a más personas a salir al aire libre en bus-ca de nuevas aventuras. sistemático de gestión del riesgo que debe establecer el contexto de las ac-tividades, evaluar y abordar los riesgos, así como estar documentado. Durante la prestación del servicio, entre otros aspectos, la organización debe asegu-rarse de que los participantes tienen la competencia mínima necesaria pa-ra llevar a cabo la actividad con segu-ridad. El apartado de evaluación esta-blece que la organización debe llevar a cabo auditorías internas (indicando frecuencias, métodos, responsabilida-des e informes) con el fin de conocer si el sistema de gestión de la seguri-dad funciona de manera eficaz. Final-mente, durante el proceso de mejora, la organización debe emprender ac-ciones correctivas adecuadas a las no conformidades detectadas. Por su parte, el informe ISO 21102 proporciona una serie de pautas sobre las competencias comunes (incluyen-do habilidades, conocimientos y acti-tudes) de los líderes para dirigir a los participantes y asumir responsabilida-des para llevar a cabo actividades de turismo de aventura. Por último, la Norma ISO 21103 se centra en la información proporcionada antes, durante y después de la ac-tividad de turismo de aventura. As-pectos tan intrínsecos al turismo, co-mo las diferencias de idioma, podrían provocar interpretaciones diferentes o incorrectas de las instrucciones y ge-nerar riesgos. En efecto, la comunica-ción garantiza que los participantes conocen los riesgos y pueden miti-garlos, lo que aumenta la probabili-dad de disfrutar de una experiencia segura. Deporte, naturaleza y adre-nalina configuran un coctel explosivo que es necesario consumir con mo-deración. Porque el placer del riesgo controlado no radica en llegar el pri-mero o ser el más rápido, sino en po-der disfrutar de nuevas ocasiones pa-ra seguir arriesgando. Empresas, asociaciones, ONG, ad-ministraciones, universidades y con-sumidores de todos los rincones del mundo han hecho posible poder dis-poner de referentes normativos comu-nes en estos tres subsectores turísticos. Todo un logro, pero también todo un reto, puesto que el éxito de una nor-ma debería medirse sobre todo por su utilidad y su repercusión en el merca-do. Comienza ahora el transcendental camino de la implementación nacio-nal de estas normas en los diferentes países, entre ellos España. ◗


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