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AENOR 47 Esto tiene al sector de transporte de mercancías y a muchas partes interesadas pensando e invirtiendo en estrategias para reducir su huella de transporte. Sin embargo, a pesar de la trans-formación ecológica del transporte de mercancías en los últimos años, el uso de energía y las emisiones de carbono asociadas han estado creciendo más rápidamente que en cualquier otro sector. ¿Por qué? Porque lo que realmente necesita la carga es una ma-nera fiable de calcular y reducir las emisiones de CO2 a lo largo de su cadena de suministro. Los gobiernos, los líderes empresariales se han ocupado de estos temas en los últimos años. Pero mientras proporcionan un valioso punto de partida, tropiezan con aspectos poco consistentes en el enfoque en cuanto a la comparabilidad y la precisión de la Huella de Carbono. Por ejemplo, ¿cuáles de los gases de efecto invernadero se deben tener en cuenta? Y, ¿se deben incluir en el cálculo las emisiones elementos concretos de la cadena de suministro? En definitiva, se requieren acciones urgentes para contar con una metodología para cuantificar y reportar las emisiones del transporte de mercancías que sea aplicable, a todos los modos de transporte y todas las regiones dentro de la cadena de suministro. El camino a la reducción Smart Freight Centre, una organización global sin fines lucrativos dedicada al transporte de mercancías inteligente, está buscando activamente formas de reducir la intensidad de las emisiones y aumentar la eficiencia del uso de combustible. Frenar las emisio-nes de carbono requiere la acción concertada de políticas guber-namentales e iniciativas lideradas por la industria para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones y la demanda de la sociedad civil de un transporte de mercancías más limpio. Sin embargo, la respuesta no es tan simple. Como Sophie Punte, Directora Ejecutiva de Smart Freight Centre, explica “un factor sub-yacente importante es la complejidad del sector de transporte de mercancías como una cadena de suministro interrelacionada, pero aún así fragmentada, que abarca diferentes modos y regio-nes, por lo que trasciende la esfera de influencia de los distintos países y empresas”. Como resultado, distintas empresas, países y asociaciones han desarrollado en paralelo varias metodologías que cubren diferentes modos de transporte de mercancías. Esta proliferación de iniciativas aisladas, muchas de las cuales se han llevado a cabo sin una discusión abierta ni cooperación, sólo han confundido al mercado. Recortando las confusiones Hoy en día, los transportistas tienen a su disposición una gran va-riedad de metodologías. Como Alan Lewis, Director de Operaciones de Transport & Travel Research Ltd., una empresa de consultoría especializada en el campo de la investigación de la política de transportes, confirma, “existe una enorme cantidad de activida-des en torno a la Huella de Carbono del transporte de mercancías, que cubre tanto metodologías, como herramientas de cálculo y el desarrollo de programas para fomentar la reducción de las emi-siones”. Sin embargo, en este momento, sólo Europa tiene un cálculo de las emisiones de la cadena de suministro y SmartWay, El transporte de carga está en la raíz de nuestra economía La velocidad es crucial para el mercado, especialmente en el caso de productos perecederos. ¿De qué otra forma podríamos tener nuestras piñas de América Central, aguacates de Israel y diversas importaciones chinas? Con el fin de dar cabida a este crecimiento, el mundo tendría que añadir cerca de 25 millones de kilómetros de carreteras y 335.000 kilómetros de vía ferroviaria, por no hablar de entre 45.000 km2 y 77.000 km2 de nuevas plazas de aparcamiento para permitir el crecimiento del parque vehicular -una infraestructura que se calcula que costaría alrededor de USD 45 billones en 2050. Pero las emisiones de CO2 no son el único problema. La contami-nación del aire de los camiones, barcos y aviones es una preocupa-ción creciente en los países en desarrollo y una de las principales amenazas del medio ambiente. El consumo de combustible y el impacto ambiental del movimiento de carga es alto debido a los vehículos, buques o el tamaño del motor, la distancia recorrida, la edad de los vehículos y los barcos, y su mal estado de conser-vación. Estos países son lentos en la adopción de combustibles limpios y tecnologías modernas. Así que, al parecer, transportar bienes de un lado a otro del planeta para mantener nuestro estilo de vida pronto nos dejará asfixiados.


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