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AENOR 18 Por otro lado, el concepto de cali-dad alimentaria tiene cada vez más parámetros de medición, existiendo herramientas en toda la cadena que permiten mejorar la calidad del pro-ducto final tras la implantación de determinadas buenas prácticas. Ade-más, el consumidor muestra mayor interés en conocer aspectos como el origen de los alimentos que consu-me, el respeto y cuidado de los ani-males destinados a la producción de alimentos, o la sostenibilidad de los productos alimenticios en todas las fases de producción, desde la pri-maria hasta su venta por parte de la Gran Distribución. Asimismo, la legislación de la Unión Europea está desarrollando ca-da vez más iniciativas en este sentido, tales como la Producción Ecológica o la normativa europea en materia de Bienestar Animal. Desde hace varios años las ayudas de la Política Agraria Común están basadas en el concepto de la “condicionalidad”, que se apoya en dos pilares básicos: mantenimien-to de las Buenas Condiciones Agra-rias y Medioambientales; y respeto a los Requisitos Legales de Gestión: Sa-lud Pública (Seguridad Alimentaria), Sanidad Animal y Vegetal, Identifica-ción y Registro, Medio Ambiente y Bienestar Animal. Por ello, las explotaciones agrarias o ganaderas han de tener en cuenta el marco de las Nuevas Políticas de la Unión Europea, contribuyendo a la sostenibilidad e incidiendo de mane-ra favorable y decisiva en el mante-nimiento de los hábitats de nuestras comarcas, su flora, fauna y paisajes característicos. También deberán in-cidir en aspectos relativos al manejo del ganado en condiciones de salu-bridad y bienestar, y la trazabilidad de los productos (agrícolas y ganaderos) Un adecuado manejo del ganado en Bienestar Animal tiene un impacto positivo en la calidad del producto final. Es el caso de recuentos inferiores de células somáticas en leche y la mejora de la productividad de los animales, lo que supone una mayor eficiencia en la producción ganadera a lo largo de toda la cadena alimen-taria, lo cual constituye una garantía para los consumidores. En este sentido, el Bienestar Animal debe ser uno de los pilares de la pro-ducción ganadera ya que, además de la necesidad de dar respuesta a una legislación cada vez más exigente, la aplicación de unas buenas prácticas en esta materia tiene un impacto di-recto en la calidad del producto. Asi-mismo, influye en la reducción de los costes de producción, haciendo posi-ble modelos más eficientes y sosteni-bles. Por ejemplo, se puede reducir el gasto por tratamientos veterinarios en una población de animales cria-dos en un entorno más adecuado; o conseguir una mayor concentración de la energía disponible del animal en producción con la reducción de la intensidad y frecuencia de las res-puestas de estrés, grandes consumi-doras de energía. Por otro lado, existe un creciente interés por parte del consumidor en todos los aspectos relacionados con la calidad y la seguridad alimentaria. Por este motivo, en los últimos años se han ido desarrollando esquemas de certificación cada vez más enfo-cados a garantizar la calidad, segu-ridad y legalidad de los productos alimenticios que consumimos dia-riamente, y que permitan garanti-zar determinadas características co-mo, por ejemplo, productos aptos para celiacos. ALIMENTACIÓN


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